Una familia que creó su propia marca de guisos vegetarianos por no encontrarlos en las baldas del super.
El dicho de “el hambre aviva el ingenio” ha sido una constante en el mundo gastronómico desde el principio de los tiempos. Esto lo sabían bien nuestros antepasados, que tuvieron que inventar muchos métodos para conservar alimentos en diferentes circunstancias. Mucho tiempo después, y ya con una industria conservera fuerte en todo el mundo y miles de productos en las baldas del supermercado, Andy y Rachel decidieron dar una vuelta a lo que ya se estaba haciendo entonces, viendo que los productos que había no terminaban de estar a su gusto. Así nació Amy’s Kitchen: como una respuesta a la falta de alimentos sanos, sabrosos y vegetarianos. Os contamos su historia.
En 1987, Andy y Rachel Berliner esperaban el nacimiento de su hija cuando recibieron una mala noticia: Rachel debía permanecer en reposo absoluto el resto del embarazo. Andy fue en busca de algunos productos vegetarianos ya preparados a un supermercado de confianza y lo que encontró no era de su gusto, ni del de Rachel. Al no encontrar lo que buscaban, decidieron crearlo ellos mismos en su pequeña cocina de Petaluma (California). La familia de Rachel tenía una trayectoria de tres décadas (desde los 50) cultivando productos orgánicos y Andy trabajó durante muchos años en una empresa de tés e infusiones, así que estaban bien preparados.
El primer producto que elaboraron y empezaron a vender en la zona fueron los pasteles de carne vegetarianos, un año después del nacimiento de Amy, en 1988. Siendo el embarazo de Rachel una de las causas del emprendimiento de la pareja, la abuela Eleanor propuso que ese fuera el nombre de la empresa familiar, y así fue: Amy’s Kitchen comenzaba su historaia. Los Berliner abrieron una pequeña cocina que contaba con ocho empleados, incluidos Rachel y Andy, en el condado de Sonoma.
En cuanto sus pasteles vegetarianos empezaron a estar presentes en tiendas, la gente pidió más productos y platos preparados, así que la familia se puso manos a la obra empezando con burritos y macarrones con queso. Después, en 1996, llegarían las primeras pizzas y en 1999 crearon deliciosos chilis, sopas y guisos de alubias o verduras. Otra de sus preocupaciones desde el primer momento en que Amy’s se creó fue el uso de ingredientes orgánicos en todas las recetas. En 2001 se aseguraron de que todos sus productos fuesen libres de transgénicos.
Sabiendo lo difícil que es a veces encontrar productos deliciosos cuando se tienen restricciones dietéticas, también atendieron las peticiones de personas con alergias alimentarias como el gluten o los lácteos. Con todo ese rango de productos, la pequeña cocina de los Berliner había quedado atrás hacía tiempo, pero siguió creciendo con varias plantas de fabricación en muchos puntos de Estados Unidos. Hoy cuentan con unas 1.900 personas elaborando y envasando sus recetas.
Las más de 250 referencias con las que hoy cuenta Amy’s Kitchen son vegetarianas, y de ellas unas 120 son veganas y 130 no tienen gluten. Todas contienen ingredientes orgánicos de sus proveedores y son cocinadas bajo los criterios y supervisión de los Berliner, conservando el espíritu familiar de la empresa. Están presentes en más de 30 países y desde 2016 cuentan con un relevo generacional en Malachi, el hijo de Amy y su marido Jace. Lo que nació como una necesidad en una pequeña cocina de California hoy surte a miles de hogares con deliciosa comida vegetariana casera.
