Blue Cove: tradición conservera francesa en Estados Unidos

Azul, minimalista y homenajeando sus orígenes. El logo de Blue Cove nos encanta.

Un proyecto que pretende poner en valor el pescado local de las costas estadounidenses con las mejores especias de otros países

Deliciosos frascos macerando para después meter el contenido en latas de Blue Cove

Lo mejor de nacer en una familia multicultural y de vivir en un mundo cada vez más global es la cantidad de influencias que es posible recibir, pero también las que se pueden compartir. La filosofía de este proyecto nace de este punto. De compartir la tradición conservera que nació en Europa y de llevarla a países como Estados Unidos. Siempre con criterios sostenibles y con muchísimo amor por la materia prima del mar y las especias que más realzan su sabor. Os invitamos a un viaje transatlántico de sabores e influencias. ¿Os venís?

Stephanie Fels es la fundadora de Blue Cove

Con una madre ecuatoriana y un padre francés, los platos que Stephanie Fels tomaría durante su infancia y juventud serían, desde luego, muy variados. Ella creció en este ambiente multicultural y, además, pasó la mayor parte de su niñez en Francia, la cuna de las conservas. Ya os hemos contado alguna vez que gracias a las órdenes de Napoleón fue ahí donde se descubrieron los primeros métodos de envasado de conservas; y también donde empezó a desarrollarse un nutrido tejido conservero que se extendería a países como Italia, España o Portugal. 

¿Qué os parecen estos filetes de ventresca de atún de Blue Cove con cebolla, pimiento y cilantro?

Criarse en un país con un inconmensurable patrimonio gastronómico, un amor infinito por las materias primas y una extensísima tradición conservera es lo que tiene… Todo ese conocimiento y esa pasión por la comida sencilla y deliciosa llevaron a Stephanie a querer replicar esas sensaciones y sabores en el lugar en el que ahora vive: la gran ciudad de Nueva York. La vida rápida y llena de estímulos de la ciudad no está reñida con el placer que siempre nos provoca abrir una lata deliciosa. Y eso es lo que quiere conseguir Stephanie con su proyecto: acercar la artesanía conservera a la urbe.

Las sardinas son una parte muy importante de la tradición conservera francesa. 

Eso sí, aunque muchas de esas sensaciones y sabores se pueden replicar, hay una cosa que ella tiene clara: las materias primas de cercanía no son las mismas a ese lado del charco. Donde aquí abundan unos peces que dan como resultado unas conservas, allí hay algunos en común y otros diferentes. Pero tratándolos todos a mano, igual que se hace en países como Francia, España o Portugal, y añadiendo los mejores aderezos e ingredientes naturales, es casi como transportase a ellos

Una lata puede ser el centro de platos realmente creativos y sabrosos. 

Uno de los pilares del proyecto de Blue Cove es, precisamente, la sostenibilidad. Es cierto que la sostenibilidad se puede medir desde muchas perspectivas y teniendo en cuenta indicadores muy diferentes. Para Stephanie Fels la sostenibilidad significa elaborar conservas a partir de pescado capturado lo más cerca posible, como las sardinas o el halibut. Y también que sea pesca sostenible, es decir, en temporada y dejando que cada especie siga sus ritmos para poder disfrutar de ellas durante mucho tiempo. 

La artesanía es lo que hace únicas conservas como las de Blue Cove.

El otro de sus pilares, el más importante, es el homenaje a la artesanía. Estados Unidos es un país lleno de influencias culinarias y Nueva York uno de los mayores epicentros de interculturalidad. Stephanie pretende llenar las despensas y los platos de la sociedad, neoyorkina en particular y estadounidense en general, de delicias artesanales que hagan más lento el ritmo de las ciudades y hagan viajar en el tiempo y el espacio a quien las pruebe: a una mesa soleada en Francia donde varias latas de conservas, unos quesos, pan y buen vino componen un delicioso aperitivo. Bon appétit!

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