Conservas artesanales de pescado Jean de Luz

Si hablamos de sardinas, no podemos elegir solo uno de estos frascos de Jean de Luz

Pescado local, sostenible y delicioso, directo a nuestra mesa desde el País Vasco Francés

Cuando aprieta un poco el frío, nada como una sopa de pescado como esta de Jean de Luz.

Que el mar, el océano, el agua y todos sus tesoros tienen un magnetismo inigualable lo sabemos. Pero hay quienes no pueden vivir lejos de su embrujo y su forma de vida. Uno de ellos es el protagonista de nuestra historia de hoy, que decidió cambiar la ciudad por el mar y la vida cosmopolita por los placeres más sencillos. Os contamos cómo empezó una conservera del País Vasco Francés que destaca por su simplicidad y por el respeto al mar y todos sus elementos. ¿Os quedáis? ¡Zarpamos!

Se nos hace la boca agua pensando en tapas para estas migas de atún con limón de Jean de Luz.

Jean-Hilaire de Bailliencourt tenía una vida en la ciudad de París, un trabajo y todo un pasado. Pero llegó un momento en que no pudo resistir por más tiempo vivir lejos del mar. Lo dejó todo y se trasladó a San-Jean-de-Luz, al sureste de Francia y a menos de 20km de la frontera con España. En pleno Golfo de Vizcaya y con las aguas cantábricas y atlánticas es donde empezó su nueva vida y donde arrancó el que sería su proyecto: Conserverie Jean de Luz

Nos encanta esta terrina de sardinas al ajo de Jean de Luz simplemente con un buen pan.

El impulsor de este proyecto siempre tuvo dos condiciones en mente para sus conservas: el pescado salvaje y sostenible, y la artesanía. Jean-Hilaire tiene a sus pescadores de confianza, los que siempre le proveen del mejor pescado fresco, y ellos a su vez siguen todas las reglas de la pesca artesanal y durable. Esa que respeta las temporadas de cada especie y que solo lleva a tierra aquellos ejemplares que cumplen con la normativa de tamaño, madurez y supervivencia de la especie para evitar la sobrepesca y el agotamiento de los caladeros. 

Con buenas conservas en casa, como esta terrina de Jean de Luz, es como se hacen las mejores tapas

Hay una técnica ancestral de pesca llamada à la bolinche, que consiste en pescar muy cerca de la superficie para poder identificar cada ejemplar y liberar aquellos que no cumplan con los requisitos. Esa es la que siguen los marineros de confianza de Conserverie Jean de Luz. Una vez en tierra, Jean-Hilaire supervisa todo el pescado que llega antes de que sus empleados los limpien uno a uno y antes de empezar el proceso de conserva específico en cada caso. 

Pocos placeres superan al de disfrutar de una terrina como esta de Jean de Luz al sol en un picnic.

Por supuesto, Jean-Hilaire también sabe de la difícil labor de los pescadores marineros que le proveen con los mejores tesoros del mar y por eso les recompensa de manera justa por su trabajo con un salario digno. Es otra manera de fomentar la pesca local francesa y de que perduren las tradiciones. Además, igual que honra el mar, Jean de Luz honra la tierra añadiendo a sus conservas exclusivamente verduras, hortalizas, especias y aceite ecológicos. También sal de proximidad, directa desde Navarra. 

¿Atún al limón a la pimienta de espelette? Nos quedamos con los dos frascos de Jean de Luz.

Y hablando de sal, para que sus conservas fuesen más sanas y accesibles para todo tipo de requerimientos, decidieron reducir el nivel de sal respecto a otras marcas. Filetes, terrinas o platos cocinados de anchoas, sardinas, atún, bonito o caballa con ingredientes naturales y hechos a mano. Conservas al estilo de siempre, artesanas y ecológicas. Todas tienen una pinta estupenda, así que ¿a cuál le hincaríais primero el diente?

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