Conservas perfectas para el verano y cómo disfrutarlas

El calor, estar fuera de casa, la búsqueda de recetas rápidas y sanas… Las conservas son perfectas para el verano.

Un aperitivo muy fresco a base de pescados en conserva, verduras y pan. Louis Hansel.

Desde que empieza a apretar un poco el calor es bastante frecuente cambiar algunos hábitos a la hora de comer y de cocinar. Y más aún si no estamos en casa. No nos cansamos de decir que tener conservas siempre en la despensa es un acierto para redondear nuestros platos y para sacarnos de un apuro cuando no disponemos de mucho tiempo. Y en verano se convierten en verdaderas aliadas para descomplicar nuestros menús sin descuidar el aporte de nutrientes ni renunciar a una comida sabrosa. La ventaja que presentan las conservas, sobre todo en la época estival, es su versatilidad para poder elaborar menús fríos, calientes o saborearlas directamente del envase. Os dejamos algunos consejos para disfrutar de las conservas este verano y algunos tips para cocinar con ellas.

Las ensaladas variadas refrescan, sacian y nos aportan muchísimos nutrientes. Micheile Henderson.

Las horas de sol y el calor hacen que entre junio y septiembre nos apetezcan mucho los alimentos con buen aporte de agua, como las verduras y hortalizas o las frutas. También es frecuente que cambien los horarios y se retrase un poco la hora de algunas comidas. Por eso siempre es buena idea contar con snacks sanos y refrescantes para tomar entre horas y también tener proteína animal o vegetal en conserva en forma de pescados, mariscos o legumbres para elaborar platos rápidos, fáciles, frescos y llenos de color. Las ensaladas son las verdaderas reinas del verano. Con unos pocos ingredientes básicos podemos hacer maravillas.

Sardinas en lata listas para disfrutar. Karen Laårk

Lo bueno de las conservas es que su caducidad es amplia y preservan todos sus nutrientes intactos. Pero lo mejor es que, al estar envasadas, son muy cómodas para llevar a cualquier sitio. Hay lugares como la playa o un camping en los que es más complicado elaborar recetas, o simplemente no apetece. Tener, por ejemplo, una lata de sardinas o de berberechos puede alegrar unas tostas o completar una cena con proteínas de alta calidad en un momento. Es importante calibrar si vamos a usar o no el líquido de gobierno de las conservas que tengamos. A veces se pueden conseguir salsas y vinagretas muy interesantes con ellos y es una manera de aprovecharlos y quedarnos con sus nutrientes.

Hummus, crema de garbanzos, con tomates cherry. Alesia Kozik

Otras aliadas que nunca fallan son las conservas de legumbres. Las ensaladas de garbanzos, alubias o lentejas son muy saciantes y proteicas. Además, son tan versátiles que se pueden combinar con variedad de ingredientes. O se pueden elaborar con ellas patés o dips tipo hummus usando diferentes condimentos para darle sabores distintos. Las de verduras y hortalizas  también son muy socorridas. Pimientos asados para tostas o para rellenar, menestras que solo hay que aliñar con sal y aceite, remolacha lista para cortar y disfrutar, alcachofas para ensaladas o cremas templadas…

Picninc en la playa con frutas, embutidos, encurtidos, pan y bebida fresquita. Josue Michel.

Es importante tener en cuenta a dónde vamos y cómo vamos a viajar para planear qué conservas nos merece la pena llevarnos. Las latas, por ejemplo, resisten muy bien los golpes y la luz. Los frascos también son resistentes, aunque hay que tener cuidado de que no se caigan en superficies duras para que el frasco no se rompa. También es necesario saber a qué temperatura estará la comida y si podremos refrigerarla. Los quesos y embutidos, por ejemplo, son una buena conserva para otra época del año, a menos que dispongamos de una nevera. Los encurtidos y fermentados nos ofrecen una muy buena posibilidad de tomar snacks sanos o de darle un punto diferente a nuestras recetas de verano. Como veis, las posibilidades son casi infinitas si hay imaginación y buenos ingredientes.

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