Conservas que nos recuerdan al viento fresco del Atlántico y a las recetas familiares gallegas de siempre
Quienes nacen en el mar suelen sentirlo muy presente desde siempre y suelen también estar rodeados de sus tesoros gastronómicos. Ya sabemos que el norte de España es una de las cunas del panorama conservero de nuestro país y que Galicia, bañada por dos mares y con una inmensa riqueza, es un enclave muy importante en este sentido. En Sotavento sintieron desde siempre esa cercanía con el mar y decidieron envasarla en frascos de recetas artesanas para que cualquiera pudiese disfrutar de ellas. Esta es la historia de una familia que quiso conservar lo que más le representaba: el mar. Os la contamos.
¿Os imagináis tener siempre en casa una ventana que mire al Atlántico? Eso es lo que quisieron hacer desde Sotavento cuando arrancaron con su proyecto. La familia proviene de una pequeña región costera llamada Porto do Son, en la provincia de A Coruña. El mar ha sido siempre parte de su día a día y quisieron que así siguiera siendo en el momento en el que decidieron poner en frascos las delicias de las que habían disfrutado desde su niñez: tesoros del mar en forma de conservas de pescados y mariscos.
Para esta familia, cuando un pescado es fresco y tiene la mejor calidad, la raspa y las espinas es lo único que debería quedar en el plato. El resto se disfruta con calma. De ahí el logo de su proyecto: las espinas de una sardina que quedan después de haberlas degustado enteras. La familia empezó a recopilar y a preparar recetas tradicionales de pescado de la costa gallega y a envasarlas en frascos de vidrio. Tras un momento de crisis, un aliado que estuvo ahí desde el principio tomó el testigo.
Cuando un proyecto refleja tan bien el sentir de una región y sus tesoros, es difícil dejarlo marchar. Por eso, Provisión de Productos Pesqueros fue quien continuó la labor de seguir conservando estas recetas familiares. Fueron quienes desde el primer momento estuvieron ahí para proveer de la mejor materia prima al proyecto, así que siguieron preparando las recetas deliciosas y artesanales como siempre.
Para Conservas Sotavento, la clave de una buena receta, y también de una buena conserva, es que la materia prima sea de la mejor calidad y que las recetas se hagan sin prisa. Como hechas en casa con todo el mimo y el amor que le pondríamos en nuestra cocina. Como si tuviésemos al lado el mar y el pescado llegase fresquísimo para conservarlo en nuestros frascos. Esa es la esencia del proyecto.
Sus conservas son de cercanía, sostenibles y transparentes. De ahí esa ventana al Atlántico de la que os hablábamos antes. Los frascos de vidrio y el logo del proyecto dejan ver en todo el momento el producto y lo honran. No lo esconden ni lo camuflan, si no que le abren esa ventana para que podamos verlo. Cocochas, crema de mejillón, sardinas, pulpo, navajas, jurelillos, bacalao, algas… Todo lo tenemos al alcance de la vista para sentirnos cerca del mar y de sus tesoros. ¿A que no podéis elegir solo una? Nosotros tampoco.
