Desde Indonesia con amor, y muchas proteínas: el tempeh

Este tempeh de sésamo con salsa picante de cacahuetes tiene super buena pinta. Ella Olsson

Fibra, proteínas, minerales…un fermentado muy interesante para incluir en nuestra dieta. 

El tempeh no es solo de soja; también es de garbanzos, guisantes… Como estos de Vegetalia

No, no todo en las dietas basadas en plantas iba a ser tofu, por supuesto. Si queréis darle una oportunidad a la soja, pero aún no os atrevéis con el tofu, os presentamos a un primo hermano muy interesante y que os puede salvar más de una cena: el tempeh. Originalmente es un fermentado de soja, pero en muchas tiendas se puede encontrar también de otras materias primas. Es un alimento muy saludable, con una buena cantidad de proteínas y mucha versatilidad para combinarlo con casi cualquier plato y tomarlo en sádwiches, ensaladas, arroces, guisos de cuchara, con fideos… Casi con cualquier cosa. Os contamos un poco más sobre esta delicia. 

El tempeh a la plancha con especias siempre es un acierto. Cottonbro

El tofu tiene una bastante inmerecida mala fama por considerarlo soso e insípido, lo que equivale a considerar insípidos alimentos como el queso fresco. Como casi todo en la cocina, y concretamente también en el mundo de las conservas, depende de cómo lo sazones y de cómo lo elabores. El tofu y el tempeh son dos productos derivados de la soja, pero que tienen algunas diferencias. La primera es su origen: el tofu nació en China y el tempeh en Indonesia. 

El tempeh, como el tofu, queda bien con todo. Por ejemplo, en un guiso de arroz y verduras. Kattebelletje

La segunda, y más importante, es que el tempeh es un fermentado. Se elabora fermentando las habas de soja con un hongo llamado rhizopus, a diferencia del tofu, que liga las habas de soja con un agente coagulante (normalmente carbonato de calcio). La tercera diferencia es que el tempeh más conocido es el que se elabora con soja, pero hay hasta cinco tipos de tempeh: de legumbres, de cereales y soja, de semillas de sobras de otras preparaciones de soja y de semillas y soja. Los más comunes y fáciles de encontrar son los de legumbres como soja, garbanzos o guisantes. 

El marinado le aportará al tempeh un sabor diferente y más intenso, como este a la barbacoa. Madeleine

Sabemos que os estaréis preguntando lo más importante: ¿qué hay del sabor y la textura de esta conserva? El sabor, cuando lo encontramos al natural, se parece al de los frutos secos, pero un poco más potente. La textura no es lisa como la del tofu, sino rugosa, lo que da mucho juego en cocina. Es bastante frecuente encontrar el tempeh ya marinado en salsa de soja o en tamari (salsa de soja fermentada, más saludable que la soja más común), en otras salsas o con especias. En ese caso, lo único que hay que hacer con él es pasarlo por la sartén y elegir qué queremos hacer con él. 

Tempeh salteado con verduritas y salsa picante para una cena sana y ligera. Stacy. 

El dato más importante con el que debemos quedarnos es que, en el proceso de fermentación, retiene todas las proteínas de la soja (o de la legumbre de la que esté hecho) y, llegando a tener unos 19,5g de proteína por cada 100g de tempeh que consumamos. Además, tiene más vitaminas y minerales beneficiosos que el tofu y es un fermentado, por lo que su digestión es más fácil. 

Qué pasada este milhojas de tempeh de soja de la marca Vegetalia

¿Y para cocinarlo e integrarlo en nuestra dieta? Es facilísimo. Una de las ventajas que tiene es que absorbe los sabores del plato en el que lo integremos, pero también aporta el suyo propio. Por eso es fácil guisarlo, añadirlo a sopas, a fajitas vegetales, trocearlo y mezclarlo en ensaladas, marinarlo y tomarlo con verduras… Y, ojo, porque su tamaño engaña. Llena bastante, así que con poca cantidad es suficiente para saciarnos. ¿A qué estáis esperando para probarlo?

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