Encurtidos alemanes míticos, de los de toda la vida: Hengstemberg

Pepinillos agridulces Hegstemberg, con hierbas y eneldo… Riquísimos.

Sándwiches, hamburguesas, ensaladas…hay muchísimas comidas a las que los encurtidos les dan vidilla

Pepinillos recién recogidos, listos para ir a las instalaciones de Hengstemberg.

En cada país se han usado desde siempre unas técnicas conserveras más que en otros. Los países en los que el invierno ha sido tradicionalmente más frío tienden a usar muchas veces el fermentado o el encurtido para preservar vegetales, carnes…y hasta pescados. Del chucrut alemán, pero también del surströmming sueco, os hablamos en este post sobre conservas europeas. Y del kimchi coreano, en este otro. En Alemania, como veis, el encurtido de algunos vegetales era la mejor manera de alargar su vida y eso en Hengstemberg lo sabían bien. Os hablamos un poco más sobre ellos. 

A estos daditos de camembert les va genial una ensalada con rodajas de remolacha de Hengstemberg.

En Esslingen, más o menos a unos 16km de la ciudad de Stuttgart, al suroeste de Alemania, es donde Alfried Hengstenmberg comenzó en 1876 la andadura del proyecto familiar. Firmó un contrato de participación en una pequeña empresa de vinagres que después sería muy importante. Esto es así porque Alfried, desde el primer momento, exigió una pureza y calidad en sus vinagres, que más adelante se usaría como una especie de vara de medir para otros vinagres. 

Estos Schupfnudeln van perfectamente con el chucrut de Hengstemberg y otras verduras.

Entre 1876 y 1900, la compañía manufacturaba y vendía solamente dos productos: vinagre y pepinillos. Pero muy pronto empezaron a elaborar también mostaza, y poco después necesitaron moverse a una planta más grande para hacer frente a la alta demanda de sus delicias ácidas. Más aún cuando en 1900 empezaron a comercializar aliño de tomate en frasco y en tubo. Para el año 1932 sucede a Alfried el Dr. Richard Hengstemberg, que lanza el primer chucrut pasteurizado del mundo que cosechó muchísimo éxito. 

La col blanca y la lombarda son dos clásicos en la gastronomía alemana, como estas de Hengstemberg

Ese mismo año, 1932, ve la luz la línea Mildessa, que promueve alimentos en conserva siempre frescos y cargados de vitaminas. Después vendrían Altmeister y Rotessa (vinagres embotellados de uso fácil y coles lombardas, respectivamente) para aumentar el catálogo familiar. Para continuar con el primer catálogo, la línea Oro di Parma ofrece productos de tomate al estilo italiano. Después de estos movimientos, Hengstemberg abre sus filiales en Austria y Francia, marcando aún más su carácter internacional. 

A esta esnsalda de canónigos con tomate y frutos secos le va increíble el balsámico de Hengstenmberg.  

Después de haber elaborado pepinillos encurtidos desde 1876, entre 1972 y 1995 Hengstemberg lanza dos líneas más finas de este mismo producto: STiCKSi y KNAX. La primera, son pepinillos cortados en cuartos; y la segunda son también pepinillos encurtidos, pero en una infusión más delicada, una receta que ya se probaba en la corte de Württenmeberg. En 2001 la compañía celebra sus 125 años en funcionamiento siendo un éxito de ventas y sabiendo adaptarse a su público, incluso después de más de un siglo. 

Estas tostas de hummus de remolacha con productos de Hengstenmberg tienen pintaza.

A partir del 2006 se sucederán diversas adaptaciones de la empresa a los tiempos en los que vivimos. Por un lado, se lanzará una gama de productos Bio; también se pondrá en valor la materia prima 100% alemana de algunas de sus líneas, como STiCKSi y KNAX; por último, parte de la producción de la empresa volverá a la antigua planta en Esslingen para mirar siempre al futuro, pero sin olvidar las raíces de las que germinó un proyecto con tanto éxito. Contadnos en qué recetas os gusta más añadir encurtidos, tomamos nota.

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