Grelos en conserva para dar sabor y nutrientes a nuestros platos

Un tarro de grelos al natural de la conservera Mareterra.

Una delicia del norte cargada vitaminas, minerales y muchas posibilidades en la cocina.

Los grelos son muy versátiles, pero al natural también son deliciosos, como estos de A Rosaleira.

La palabra grelos nos trae a la mente casi en segundos al lacón y los cachelos o el caldo gallego. Y es que es una verdura típica del norte de España, pero también de otras zonas del mundo, con una versatilidad envidiable y capaz de darle sabor a muchos platos. Pero no solo sabor, también un buen extra de vitaminas y minerales beneficiosos para la salud. Es posible encontrar estas hojas tiernas en todo el mundo, ya que su cultivo está muy extendido en la actualidad. En formato fresco y, por supuesto, en conserva, que es de lo que os vamos a hablar hoy. Aquí os contamos un poco más sobre los grelos en conserva, sus beneficios y algunas recetas. 

Así de verdes crecen las plantas de grelos antes de cosecharlas. Avi Schwab

Estas deliciosas hojas de color verde oscuro en realidad son los tallos del nabo antes de que salgan sus flores y su nombre científico es Brassica rapa. Si no tiene tallo y solo están presentes las hojas todavía, es una versión joven que se llama nabiza, también muy apreciada en la gastronomía gallega. La zona del tallo tiene un grosor variable, pero no suele medir más que el ancho de un pulgar, en general. Las hojas son largas y verdes, y las flores que aparecen justo encima de ellas son de color amarillo y también comestibles. 

La conservera A Rosaleira nos propone este delicioso revuelto de setas con grelos. 

Los grelos se suelen plantar normalmente en agosto para recolectarlos y disfrutarlos durante el invierno. Al menos en el hemisferio norte. En otoño es cuando está lista la nabiza, la versión suave, más joven y sin tallo de los grelos. Si el grelo se recoge después de que salgan sus flores, es mucho más difícil de cocinar porque el tallo se vuelve más duro y fibroso y ya no está tierno. En el norte de España, en Galicia, es típico tomar grelos en invierno con lacón y cachelos o en caldo, pero también es tradición tomarlos durante los carnavales y hasta bien entrada la primavera, cuando dejan de florecer. 

Pasta galetti con grelos y otras verduras. Miriam. 

Pero estas delicias no solo son típicas de la gastronomía gallega y, por cierto, también de la cántabra y la asturiana. Se disfrutan también en otros países como Portugal, donde se añade a muchas recetas como el arroz con grelos o los grelos con bacalao. En Italia también son también muy típicos en algunos platos de pasta, con salchichas o simplemente salteados con ajo como acompañante de platos principales de carne de cerdo. En Alemania y Holanda también son populares en algunas zonas. No está claro si el origen de los grelos está en alguna región del mediterráneo o en Asia, pero lo que sí sabemos es que son típicos también de la cocina de China y de Vietnam. En China lo saltean con ajo y jengibre o lo cocinan al vapor con salsa de ostras.

Otra muy buena idea: quiche vegana de tofu, grelos y tomate. Lablascovegmenu.

No nos extraña que su consumo esté tan extendido en todo el mundo, porque los grelos tienen muchísimos beneficios. El primero de todos es su alta cantidad en fibra y agua y su ausencia casi total de grasas e hidratos de carbono. Tiene también un buen contenido en Vitamina A y C, además de B9 (que ayuda a prevenir la anemia) y E. El potasio, magnesio y manganeso también nos interesan por su función que mantiene sanos nuestros huesos y músculos. Y otro muy buen aporte de los grelos es en calcio, que está presente en casi todas las verduras de hoja verde y es muy fácil de asimilar. 

Este paté de pulpo con grelos es una mezcla perfecta de tierra y mar, como su conservera Mareterra

Galicia es el principal productor de grelos en España, tanto en formato fresco como en conserva. Una de las ventajas que tiene incluirlos en nuestra dieta es que los grelos en conserva mantienen casi iguales los niveles de vitaminas y minerales que su versión fresca recién cocinada. Así que es posible tomarlos durante todo el año y no solo en temporada. Su sabor ligeramente fuerte queda bien en muchísimos platos, desde una pasta sencilla o un revuelto, hasta caldos de invierno, guisos de legumbres, tostas o acompañante de carnes. 

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