Los chocos a la sanluqueña y los langostinos al ajillo con manzanilla fueron los primeros frascos en salir del obrador de Conservas Senra y ya apuntaban alto. Esa pasión por la cocina marinera tradicional de Bonanza, un pueblo de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), fue el inicio de un proyecto que hoy no para de crecer en catálogo, pero que nunca olvida su esencia. Sus tarros, más que conservas, parecen guisos caseros recién hechos en el puchero de cualquiera de nuestras abuelas, y eso es lo que los hace tan especiales. Recetas sanluqueñas del mar y la tierra directos desde Cádiz hasta nuestra mesa. Os contamos la historia de esta conservera que quiere hacernos viajar hasta las playas de Bonanza.
Fran Senra conoce muy bien la vida fuera de España y también sabe cuál es una de las cosas que más echa de menos un español cuando vive en otro país: la comida. Y, en su caso, la comida sanluqueña de su pueblo, Bonanza. Un pueblo marinero con una larga tradición pescadora y gastronómica y el deseo de conservar su esencia y llevarla al mundo fue lo que le llevó a emprender este proyecto familiar. Eso, y lo que echaba de menos los chocos al pan frito que comía antes de vivir en Estados Unidos, claro. Después de estar fuera de su tierra muchos años, volvió para rendirle homenaje y para quedarse.
Senra decidió que todo lo que saliese de su obrador debía ser lo más parecido posible a los guisos tradicionales caseros de Sanlúcar de Barrameda. Sin aditivos o conservantes artificiales, como recién hechos. Y al final, eso es lo que parecen sus tarros: guisos caseros hechos con mucho cariño y para los que parece que el tiempo se detiene al abrir cada tapa. De los chocos al pan frito, los chocos a la sanluqueña y los langostinos al ajillo con manzanilla pasaron a otras conservas como los garbanzos con espinacas, los langostinos con tomate o el pisto de verduras. Su catálogo no para de crecer, pero los métodos artesanales de sus cocineras continúan intactos.
El padre de Fran Senra trabajó siempre rodeado de barcos y su madre puedo aprender de los abuelos paternos el arte de la cocina gaditana más tradicional. Qué mejor homenaje a la tierra sanluqueña que envasar sus guisos más emblemáticos. Y, además, qué mejor manera de que esta cocina tan arraigada en el mar y la tierra pueda llegar a todos los rincones de España para quienes la echen de menos o quieran probar sus delicias. En 2018 se comercializaban los primeros frascos de Conservas Senra y hoy no paran de crecer y de cumplir su objetivo: llegar a todas partes.
No hay más que echar un vistazo a su tienda y sus redes sociales para darse cuenta de que todo en el obrador de Conservas Senra se hace con mucho amor…y a mano. Desde la preparación de los ingredientes hasta el embalaje y de los envíos que salen hacia toda España, cada parte del proceso se hace despacio y manualmente. En sus cocinas solo se guisan productos de Sanlúcar de Barrameda con AOVE, manzanilla en rama, tomates, pimientos o cebollas de la tierra, siempre supervisados desde el principio del proyecto por el conservero José Antonio Capitán.
Además de las recetas marineras en las que los chocos o los langostinos son los verdaderos protagonistas, Senra también quiere envasar los sabores deliciosos de la huerta de su tierra. Por eso ha incluido en el catálogo otras conservas como los corazones de alcachofa, el pisto de verduras o los garbanzos con espinacas. Quién le iba a decir a este periodista gaditano que, después de echar de menos sus raíces y su cocina, esta pasión por la gastronomía marinera se convertiría en su forma de vida.
