Hafi: salsas, mermeladas, chutneys y productos suecos de la tierra

Algunos tarros con delicias de la conservera sueca Hafi.

En sus tarros, solamente lo que la naturaleza da y lo que recogen con sus propias manos

¿Tenéis un plan mejor que merendar este gofre con mermelada de Hafi y nata? 

Antes de que el ser humano se estableciese de manera permanente en diferentes lugares, y de que surgiesen así la agricultura y la ganadería, la manera de sobrevivir en un mundo nómada era a través de la caza y la recolección: cazaban los animales que iban a comer y, sobre todo, recolectaban frutos, hongos y todo lo que la naturaleza ofrecía. Así empezaron las primeras conservas, de hecho: ahumando los restos de carne para poder comerlos por el camino o deshidratando al sol lo que necesitaban. El ser humano lleva milenios recolectando frutos y disfrutándolos al natural o en conserva y eso lo sabe muy bien Hafi, esta conservera sueca que envasa frascos dulces y naturales.

Si nos dais a elegir entre estos frascos de Hafi, no sabemos con cuál quedarnos…

Conserveras que elaboran mermeladas, jaleas o chutneys hay bastantes. Pero que lo hagan como lo hace Hafi, no hay tantas. Este proyecto familiar nació en Getinge, una región interior no muy lejana a la costa oeste de Suecia y situada a unos 484km al oeste de Estocolmo, la capital. En esta región rodeada de una reserva natural con bosques frondosos llenos de árboles, la fertilidad de la tierra es perfecta para que crezcan las frutas, frutos y aderezos que Hafi usa para sus deliciosos tarros.

Qué pinta tiene esta mermelada de pomelo de Hafi para untar en pan, croissants o lo que queramos.

Este proyecto familiar nacía en el año 1938, con los primeros tarros de Hafi, igual que su filosofía, que comenzó dándole al suelo y su riqueza la importancia que se merecen. Todos los frutos de cada tarro y botella de Hafi se recolectan a mano de fuentes naturales, sostenibles o silvestres. Así aseguran la calidad de sus productos y la salud del suelo a la vez que honran a nuestros antepasados y su tradición recolectora.

¿De ruibarbo o de limón? Estas limonadas de Hafi nos encantan para cualquier merienda.

Arándanos rojos y azules, pomelos, ruibarbo, camemoros y muchísimas otras frutas conforman cada frasco de productos de Hafi. Muchos de ellos crecen en bosques árticos con el calor del verano y se recogen después para elaborar sus delicias. Otras como la piña, la fruta de la pasión o el coco se producen de manera sostenible hasta llegar a sus instalaciones. Sus productos tienen muchos sellos de calidad, entre ellos el de productos ecológicos, el BRCS y el KRAV.

Nos encanta la combinación de esta mermelada de Hafi: peras con membrillo.

Además de mermeladas, también elaboran deliciosos zumos con cada fruta y no se quedan ahí: el reino salado también está entre sus preferidos. Las salsas de tomate; mango, coco y chili; pimentón, orégano y tomillo; o la gelatina de tomillo son algunos de los productos deliciosos de Hafi que podemos probar en casa para condimentar nuestros platos. Y otro de sus productos estrella es el Glögg, una especie de vino caliente, y el Dryck, una bebida fermentada a base de uvas. Tienen muchas variantes con diferentes frutas y especias de estas dos bebidas. Hafi ha conseguido consolidar una marca moderna que conserva los valores de quienes la fundaron.

En la tienda de Hafi se pueden comprar todos sus productos…y alegrarse mucho la vista.

Hoy, el nieto de la familia, Marcus Bjurklint es quien está al frente de unas¡ instalaciones innovadoras en las que se entremezclan las técnicas más actuales con las más tradicionales. Allí se elaboran mermeladas, salsas, chutneys, zumos y bebidas que mantienen las mejores propiedades de las frutas y bayas de la zona, además de proteger y cuidar el suelo en el que crecen. Marcus ha sabido invertir en diferentes iniciativas en el proyecto para saber adaptarse a las necesidades de una clientela que busca productos de altísima calidad, pero sin dañar el medio ambiente. Nos encantan iniciativas como Hafi, que lleva desde 1938 endulzando la vida de muchos suecos…y también de personas de otros países con sus tarros. ¿Habéis probado el Glögg y el Dryck ya?

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