Konjac: una planta del sudeste asiático con la que se hacen conservas y semiconservas

El konjac en fideos se suele vender en este formato. Chevalierusa.

Sus propiedades aglutinantes y su sabor casi insípido lo hacen perfecto para recetas tanto dulces como saladas

Deliciosa ensalada de konjac más grueso con aliño y verduras crudas. Julia Julia.

Habréis oído hablar del konjac en varios supuestos. Si os encanta la gastronomía vegetariana o vegana y habéis probado sus “calamares” o “marisco” a partir de esta planta, todos muy bien conseguidos. También si os habéis acercado a restaurantes con buena oferta para personas celíacas o que buscan reducir mucho los hidratos de carbono de su dieta. También si os pirra la comida del sudeste asiático, como la japonesa o la coreana, donde es super común este ingrediente en muchos platos. Y si no, os contamos todo lo que no sabéis sobre el konjac a continuación.

El konjac es muy mucilaginoso y por eso es un espesante estupendo. Yosomono.

El konjac es básicamente una planta perenne que crece sobre todo en el sudeste asiático, en países como Japón o China, y que tiene por nombre botánico Amorphophallus konjac. Es una planta muy alta con una única flor muy grande que tiene en su centro una especie de tallo llamado espádice que puede llegar a medir hasta 55cm. A pesar de esta altura y de tener una flor tan vistosa, lo que realmente se aprovecha del konjac siempre es lo que no vemos y está escondido bajo tierra: la raíz

¿Gelatina de konjac para el postre? ¡Por supuesto! Elaine Nagashima.

De esta raíz se obtiene una harina que es con la que se trabaja para hacer otras conservas o semi conservas. La harina resultante de la raíz de konjac se mezcla con agua e hidróxido de calcio para después hervirlo todo y luego dejarlo enfriar. Así es como se consigue el konjac blanco. A los fideos que se obtienen del konjac blanco se les llama en Japón shiritaki y son un ingrediente principal en varios platos de su gastronomía. 

A punto de preparar un sukiyaki con fideos de konjac, carne, verduras y tofu. Dawn Loh.

Los fideos shiratakide konjac, por ejemplo, son típicos del sukiyaki, un plato que consiste en una olla poco profunda en la que se cocinan a fuego lento cortes finos de ternera o tofu, verduras y otros ingredientes. También en el oden, otro plato clásico parecido, en el que varios ingredientes hierven en un caldo de mirin (vinagre de arroz) y dashi (caldo con copos de bonito deshidratado). 

Oden, otro plato típico de Japón en el que están presentes los fideos de konjac. Joel de Courcy Browne

Aunque es muy común ver los fideos de konjac con una coloración blanca, también es bastante común cocinarlo con un alga llamada Hijiki. Haciéndolo de esta manera, el color que queda al final es un marrón grisáceo brillante y los fideos también se quedan con este color y un sabor ligeramente salado. Los fideos de konjac al uso tienen más bien poco sabor y, como muchos otros alimentos, cobran vida con todos los acompañantes y salsas que les añadamos. Desde los más tradicionalmente japoneses a otros mucho más occidentales imitando a la pasta. La ventaja del konjac sobre otros fideos son sus pocas calorías y su buen aporte de fibra, además de ser muy saciante.

Frutas rodeadas de gelatina de konjac con forma de flor de cerezo para el postre. Ellaine Nagashima

La otra variedad de uso del konjac es como gelatina o mermelada. Al tener un gran poder gelificante y aglutinante, se usa mucho en la gastronomía vegana para dulces y salados. Con él también se elaboran mermeladas de frutas y postres de gelatina muy típicos en varios países del sudeste asiático. En todos los casos, la textura es ligeramente firme a la vez que glutinosa. Lo que nos queda claro es que es un ingrediente super versátil y no nos extraña que con él se elaboren tantas conservas y semi conservas. ¿Lo habéis probado ya? Contadnos. 

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