¿Un alimento que conserva pero que no es conserva? La miel

Miel y jalea real natural: una estupenda fuente de salud. Alexander Mils. 

La elaboran las abejas y no es una conserva per se, aunque se utiliza como agente conservante…y es deliciosa.

Una abeja vigila atenta un trozo del panal bajo la atenta mirada del apicultor. Cool Calm Design Lab. 

No, la miel no es una conserva. Pero a nosotros nos encanta y además es uno de los agentes conservantes más antiguos que existen. Sus muchísimas propiedades nos aportan múltiples beneficios y, además, son capaces de alargar la vida de algunos alimentos que se rodeen de ella. Hay muchos tipos de miel y también son muchos sus usos, no solo disfrutarla y utilizarla como conservante. Os contamos un poco más sobre este dulce que lleva tantos años acompañando al ser humano. 

Un panal  de abejas en plena actividad. Anete Lusina.

Este fluido de espesor y color variable que ha endulzado más de una infusión, tostada, ensalada, queso o postre es una de las delicias naturales más increíbles. Las abejas, pero también algunos otros insectos, chupan flores y otras plantas y transforman ese néctar en una sustancia deshidratada que después almacenan en el panal. También fabrican cera y jalea, que los apicultores llevan aprovechando también desde tiempos inmemoriales. 

Para servir la miel se usa la cuchara o palito mielero. Arwin Neil Baichoo

El arte de la apicultura es antiquísimo y, de hecho, hay evidencia científica de registros de uso de la miel en pinturas rupestres hacia el 6.000 a.C. Aunque también hay indicios de que, antes de practicar la apicultura, el ser humano ya recogía la miel de los panales naturales. También se usaba también en el Antiguo Egipto para, ojo, embalsamar momias y que se conservasen en buen estado durante el transporte. Aunque, claro, también estaba ahí para usos culinarios. 

¿Tortitas con queso y miel? Por supuesto. Polina Kovaleva.

Más adelante, y antes de que el azúcar llegase a Europa para ponérselo al mundo de las conservas un poco más fácil, las frutas y algunos alimentos se conservaban en miel para alargar un poco más su vida útil. En Grecia y en algunos países de Oriente Próximo y Medio Oriente se elaboraban dulces con ella, y esta tradición sigue viva. Pensemos en los deliciosos baklavas típicos de varios países que pertenecieron al Imperio Otomano. La miel ha estado siempre presente en muchas culturas para uso culinario y también para uso terapéutico en la curación de enfermedades respiratorias, para el cuidado de la piel y para la cicatrización de heridas. 

Saganaki griego con deliciosa miel para darle el toque dulce. Dana Tentis. 

Hay tres tipos de mieles: elaboradas a partir del néctar de una sola flor, con el néctar de varias flores y de montaña o desierto. Dependiendo de las flores que haya en cada lugar, la miel tendrá un color, sabor y espesor distintos. Es muy importante comprar mieles fijándonos en sus ingredientes. Muchas mieles comerciales tienen un porcentaje bajo de miel y mucho azúcar añadido. Es mejor intentar comprar miel de productores de proximidad, tanto para mejorar nuestra huella de carbono como para asegurarnos de obtener todos los beneficios de la miel y no añadir más azúcar a nuestra dieta. 

Un edulcorante estupendo para bebidad calientes y postres. Valeria Boltneva. 

Entonces, si desde que el azúcar se popularizó y es el conservante más famoso, ¿qué pasó con la miel? Ya no se usa tanto como conservante como antes, pero podemos encontrar productos conservados en miel. Las frutas y los frutos secos suelen ser los más comunes. También en repostería se usa para endulzar y para alargar un poco más la caducidad de algunas delicias. Os recomendamos que encontréis a vuestro productor de confianza y busquéis la miel que más cuadre con vuestros gustos. Hay todo un mundo de sabores intensos a descubrir mientras aprovechamos todos sus beneficios. 

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