La artesanía, color y recetas deliciosas de Pinhais & Cia

Una selección de las deliciosas conservas de Pinhais

Desde 1920, directamente del Atlántico a sus latas coloridas, con todo el amor por las conservas artesanas.

Esta baguette con sardinas en aceite Pinhais, limón, ajo, hierbas y un toque picante nos encanta. 

En Pinhais dicen que el secreto de su delicioso laterío está en las manos de quienes trabajan día a día entre sus paredes. Y no nos extraña: por algo llevan desde siendo un referente de las conservas portuguesas desde su nacimiento en 1920. Sus latas coloridas y originales son solo la antesala de conservas deliciosas elaboradas de forma artesanal, como lo hacían desde sus inicios. 100 años después, poco ha cambiado y la calidad y los procesos siguen siendo los mismos, aunque algunas recetas las sigan manteniendo en secreto… Os contamos más sobre esta conservera histórica.  

La primera cocción de las sardinas es una parte muy importante del proceso. 

Ya os hemos contado alguna vez que cuando las conservas se empezaron a popularizar, después de que Napoleón ofreciese una recompensa por el descubrimiento de la pasteurización, no tenían muy buena fama. Se veían como comida para personas sin recursos, personas enfermas o soldados en la guerra. Y algunas en particular. Por ejemplo, en España con las anchoas en Santoña y en Portugal con las sardinas, la mantuvieron durante bastante tiempo, incluso desechando esos peces directamente en el mar. 

La selección de las mejores guindillas malaguetas es un arte, y eso lo saben bien en Pinhais

En Portugal supieron ver el potencial de las conservas y de este pescado, que se convirtió prácticamente en símbolo nacional. Y uno de los responsables de esa transformación, desde 1920, ha sido Pinhais & Cia. Cuatro socios decidieron embarcarse en la aventura de crear una pequeña conservera en Matosinhos, en la costa de Oporto. Y después de 100 años siguen usando los mismos métodos artesanales de siempre. 

Vaya pinta tiene esta caponata con sardinas de Pinhais

Como en las buenas conserveras, todo empieza en la lonja. Allí se escoge el mejor pescado y se lleva directamente a las instalaciones de Pinhais. Allí tienen lugar varios procesos. Por un lado, el pescado se prepara a mano uno a uno. Por otro, los ingredientes necesarios para las conservas se elaboran también cada día para mantener su frescura y sus propiedades cuando nosotros las abramos en casa. 

Una lata de Conservas Pinhais siempre es una buena idea. 

Otra de las cosas que hacen especial a Pinhais es que todos los ingredientes de sus conservas, como el aceite de oliva, las guindillas malaguetas o el tomate, provienen de productores locales y de proximidad. Es una manera de que el proceso siga siendo artesanal y de poner su granito de arena en el cuidado del planeta. Esto las hace aún más especiales. Eso, y que cada lata se envasa una a una, a mano, igual que se hacía al principio. Y desde el principio guardan también con celo algunas recetas caseras y formas de preparar el pescado que solo conocen quienes día a día lo envasan. Artesanía pura de generación en generación. 

Las latas de conservas siempre redondean cualquier picoteo. 

Y, aunque las sardinas en aceite son su producto estrella, no son las únicas referencias que tiene Pinhais. Las tienen en aceite con especias, con salsa de tomate y con salsa de tomate picante. Y las mismas recetas, pero con deliciosa caballa. La especialización de Pinhais en estos dos pescados, unido a sus recetas secretas de salsa de tomate y especias, hacen de esta conservera un estandarte de las conservas de Oporto y alrededores, una zona que ha visto el inicio de muchas conserveras. Y esperamos que lo sigan siendo otros 100 años más para disfrutar de sus delicias. 

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