Salsas de tomate por el mundo

Las salsas de tomate cambian algunos ingredientes en cada parte del mundo en la que se consumen.

Tomate en rama maduro, listo para recolectar. Erkan Budak.

Aunque no lo parezca, no es lo mismo tomar una salsa de tomate en España, Italia, México o Australia. El ingrediente base, el tomate, es el denominador común; pero hay casi tantas variantes como países en los que se consume. También es cierto que en algunas regiones la salsa de tomate es básica para casi cualquier plato en la cocina, y otras en las que es un condimento más. En algunas zonas se usa como acompañante y en otras como base de los platos o salsas. Os invitamos a descubrir algunas de las variedades de salsas de tomate por el mundo.

Jugosos tomates de la variedad corazón de buey. Mali Maeder.


Aunque a veces se nos olvide, el tomate es una fruta. Su nombre científico es Solanum lycopersicum, y la planta en la que crece tiene un tallo cilíndrico con vellosidades (los pelitos blancos que crecen en el tallo) que puede llegar a medir 2,5m de largo. Se dice que se originó en la zona andina que va desde el sur de Colombia hasta el norte de Chile. Se acabó propagando por muchas más zonas del continente, aunque tanto los tomates como la patata o el pimiento (que hoy son indispensables en la gastronomía de muchos países) no llegarían a Europa hasta después de la conquista de América. Los españoles lo extendieron por sus colonias a lo largo del Caribe y también en Filipinas, de ahí que se popularizase también en Asia.

Salsa de tomate recién hecha. Dennis Klein.

El tomate es un alimento con mucho potencial en la cocina, porque se puede preparar de muchas maneras. Es posible disfrutarlo en crudo en muchas preparaciones y también cocinarlo. Sin duda, una de las maneras más populares de aprovechar sus beneficios y su sabor es en forma de salsas, como base o como acompañamiento. Pero, en caso de tomarlo cocinado, hay diferencias dependiendo de cada país. En España, por ejemplo, lo normal es encontrar la salsa de tomate preparada a partir de su pulpa, sofriendo esta en aceite y añadiendo, si es necesario, azúcar y sal a la mezcla. Esta sería la manera más básica y tradicional de prepararla, aunque hay quien añade pimiento, cebolla o los dos. La salsa que más tomamos en España es el tomate frito.

Salsas de tomate caseras. Anshu A.

En Italia, por ejemplo, es muy común encontrar en muchas recetas de cocina una salsa de tomate especial que se llama passata. Es un puré muy concentrado de tomate que tiene de diferencia con la salsa básica su baja concentración en agua y que es muy aromática. A veces es posible encontrarla también con hierbas aromáticas como la albahaca o el orégano. Al igual que en España, esta salsa de tomate es la base de muchos guisos, salsas, platos de pasta y también pizza.

Deliciosa salsa a base de tomates pera. Sentidos Humanos.

En países del norte de Europa como Alemania, donde el cultivo de tomates no es común, es muy normal encontrar tubos de concentrado de tomate, una elaboración en la que se hace una pata intensa de tomate cocinándolo y reduciéndolo hasta eliminar buena parte del agua. Con un poquito del concentrado basta para dar muchísimo sabor a los guisos y sopas típicos del invierno alemán.

Huevos al horno con salsa de tomate. Dana Tentis.

La salsa de tomate que se toma en México es un poco diferente. Para empezar, la salsa de tomate es un ingrediente o acompañante que puede estar presente en todas las comidas del día, incluyendo el desayuno. Suele ser picante porque lleva incorporado chile y sal, y también aromática al llevar muchas veces cebolla, cilantro y ajo. Se puede consumir en crudo (añadiendo zumo de limón), cocinada o al horno.

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