Nos traen el campo francés y sus delicias culinarias a casa con cada uno de sus frascos
Francia es un país en el que muchas conservas tradicionales tienen a la carne de caza mayor y menor como sus protagonistas. Esto se debe a que la carne que se cazaba había que conservarla rápidamente en recetas como los patés, foies, terrinas o patés en croute, de los que ya os hemos hablado alguna vez. Pero esto no siempre es posible hoy en día, y de ahí surgió el proyecto de dos jóvenes emprendedores franceses del que hoy os vamos a hablar: Nemrod.
Lo primero que nos llama la atención de este proyecto es su nombre, que en realidad tiene todo el sentido. Y es que Nemrod es un personaje bíblico que aparece en el libro del Génesis y al que se denomina rey de Sinnar, en la antigua Mesopotamia, y como un “vigoroso cazador”. Edouard y Vianney, dos amigos franceses decidieron emprender este proyecto como homenaje a la carne de caza y a las recetas francesas más tradicionales.
Por un lado, Edouard es un cazador apasionado desde siempre y empezó a notar una tendencia muy negativa: siempre que salía a cazar, se daba cuenta de que las piezas que abatían en cada partida, después no conseguían una salida fácil y acababan desperdiciándose, o bien congeladas a la espera de demanda. Por otro, Vianney encontraba que la carne de ciervo o de jabalí habían estado siempre muy presentes en las recetas “de la abuela”, en guisos muy laboriosos y con mucho tiempo de cocción. Para solucionar estos dos problemas de una vez, decidieron montar Nemrod.
En plenos Vosgos franceses y a unos 40km de la frontera con Alemania está Fréland, una región al noreste de Francia. Allí había desde 2015 un obrador que puso en marcha Christophe Frey para satisfacer la demanda de la carne de ciervo. En 2020, y tras 5 años de actividad, cedió su taller a Edouard y Vianney. Ellos contrataron a un equipo de carniceros que no ha hecho más que crecer desde entonces para elaborar las delicias en conserva de Nemrod.
La premisa es sencilla. Todos los cazadores llevan sus piezas al obrador, a unos 50km de una zona boscosa, y a cada una se le asigna un número para garantizar la trazabilidad. Después, se pela cada ejemplar y se prepara para cada elaboración específica. Los productos ahumados de jabalí se curan en un proceso complicado tras salarlos y ahumarlos con madera de haya; las salchichas se cortan a mano y se curan con pimienta o hierbas provenzales; las terrinas y platos cocinados también se cocinan en el obrador a baja temperatura y se sellan y envasan allí mismo.
Sus terrinas de ciervo a la cerveza negra y champiñones, la de ciervo con higos y pan de especias, la de jabalí con trufas de verano, la de jabalí con peras y licor de castañas… Al final Edouard y Vianney han conseguido darle una vuelta a las conservas más tradicionales elaboradas con caza mayor para que nos den muchas ganas de tener sus aperitivos y embutidos en casa. Su objetivo es, además, que los compartamos en familia, con amigos o que las llevemos en la mochila y las disfrutemos en la montaña. ¿Cuál de ellas os tienta más?
